jueves, enero 01, 2009

1968

Un angelical rostro nos recibió el 1 de abril. Era la Sister Laurenne, quien, junto a la Miss Marta (Tou), serían las responsables de nuestra educación de ese año. Alumnos como Javier Garcés y Javier Huarcaya, se acababan de integrar a la promoción. Habían preferido dejar a la anterior y aunarse a la nuestra. Tres días más tarde, Martin Luther King era asesinado, en Memphis, Tennessee. Pocos años después, habríamos de leer su biografía al lado de las de Mahatma Gandhi, Albert Schweitzer (el gran hombre de Lambaréné), y otros líderes ejemplares.

En mayo, en una ceremonia nocturna en la iglesia del "colegio grande", se rindió homenaje a las madres en nombre de una, la Madre Marista, quien tenía cinco hijos matriculados, uno de los cuales se accidentó esa noche por meterse donde no debía, siendo llevado de emergencia a la Clínica Javier Prado, para una pequeña cirugía... acabando abruptamente con el festejo de su familia.

Pasado el medio año, en la mañana del 12 de septiembre, setentiún alumnos ingresábamos, a paso lento y con mucho respeto, a la iglesia del colegio para recibir la Primera Comunión. Tras la Eucaristía, pasamos a tomar desayuno en el gimnasio, que había sido convertido en un inmenso comedor. Nos sirvieron chocolate caliente y biscotelas y, al finalizar, realizamos el clásico intercambio de estampas.

Tres semanas después, el país se paralizó cuando el Comando Conjunto de la Fuerza Armada, presidido por el General Juan Velasco Alvarado, irrumpió a medianoche en Palacio de Gobierno y derrocó al entonces presidente constitucional Belaunde Terry, enviándolo al destierro. Aunque aun éramos muy pequeños como para entender lo que había sucedido, sí habríamos de ser testigos de los cambios que el nuevo gobierno de facto comenzaría a hacer en el Perú. Términos como la Reforma Agraria, la Reforma de la Educación, el Sistema Nacional de Movilización Social (SINAMOS) y el INRED, serían, más adelante, parte de nuestra historia. La expropiación de los diarios y el reconocimiento del quechua como idioma oficial, también.

El mismo mes, la selección nacional de vóley ocupaba el cuarto lugar en los Juegos Olímpicos de México bajo la dirección del japonés Akira Kato, y la peruana Gladys de Seminario se convertía en la primera mujer en la historia de las Olimpiadas, en participar en tiro (Antes de ella, Edwin Vásquez y, después de ella, Francisco Boza y Juan Giha, obtuvieron medallas olímpicas para el Perú, en ese deporte).

Comenzábamos a entender la belleza femenina gracias a la modelo Gladys Arista. Un ex-alumno de nombre Luis Nevares (antes de ser un popular hombre de radio y un destacado ingeniero) tomaba sus baquetas y se sentaba en la batería de una nueva banda psicodélica de rock llamada Traffic Sound, que se iniciaba con presentaciones en el Club Tiffany. Eran tiempos en que un país llamado Biafra, reconocido solo por cinco naciones (aunque apoyado moral y materialmente por muchas más), se debatía en guerra ante la muerte de miles de sus habitantes, por hambre y desnutrición. Había colectas de la Cruz Roja y de la UNICEF, con las que empezábamos a entender, por cuenta propia, el significado de los verbos compartir y ayudar... más allá de nuestros alrededores. ¿Quién no quería colaborar con unos centavos para que le pusieran un sticker en la solapa del saco y lucirlo por el resto del día?

El último fin de semana de octubre algunos fuimos premiados con pequeñas medallas "Honor al Mérito", por nuestra participación en los sábados deportivos que acontecían en las canchas del colegio, en donde, posiblemente, nuestros padres eran los que más disfrutaban viéndonos dar nuestras primeras patadas con convicción.