jueves, enero 01, 2009


1970

Ingresamos a Tercero de primaria y, quedamos bajo las órdenes de la Sister Concetta y de la Miss Rosy (Quiñones). Comenzado el año, Carlos Vásquez de Velasco, se integró al grupo. Llegaba del Maristas San José y, desde ese día, se convertía en el alumno más alto de la promoción y de todo el colegio (incluyendo a profesoras y monjas). Hubo campeonatos deportivos internos, que acontecían los sábados. Para ello se dividió a cada año en cuatro equipos. Cada cual representaba a un color: Celeste, verde, rojo y amarillo. También hubo concursos de inglés, matemáticas y dibujo, a nivel escolar. Y, en la promoción, organizamos un torneo de fulbito para el cual cada equipo, a propósito del Mundial, eligió el nombre de un país participante. La Sister Concetta nos asesoraba y -a pesar de su carácter fuerte- se le veía alegre viéndonos prepararlo. Se recuerda, entre otras, la participación de las escuadras de Alemania, Brasil e Inglaterra. El campeonato se realizaba a la hora del recreo y los resultados se colocaban en un mural frente a nuestras dos secciones. Lo teníamos al día.

Ese año también comenzaron las charlas con el Hermano Jesús García, quien empezaba a prepararnos para nuestro próximo paso: "El colegio grande". El 31 de mayo, con epicentro bajo el mar frente a Chimbote, la tierra tembló a 7.8 grados en la escala de Richter. Aquel domingo, decenas de miles de peruanos murieron en el Callejón de Huaylas y desapareció Yungay. Dos días después, y enterados de la tragedia que había enlutado al país, la selección nacional de fútbol -piloteada por Héctor Chumpitaz, el capitán de América- a más de cuatro mil kilómetros de distancia y con camiseta granate en recuerdo a los compatriotas caídos, debutó en el Mundial ante Bulgaria en la ciudad de León, Guanajuato. Después de estar con el marcador en contra a dos goles, terminó con un triunfo de 3 a 2, en una de las jornadas más memorables de la historia de nuestro balompié (En 2003, la estrella internacional búlgara Hristo Stoikov -quien aún era muy niño- le confesaría personalmente a Teófilo Cubillas su máxima admiración por aquel triunfo peruano). Tras el movimiento telúrico en el departamento de Ancash, que se sintió fuertemente en Lima, la Asociación de Padres de Familia decidió nombrar a un grupo de delegados para recolectar ropa y víveres para los más necesitados, entre ellos, muchos que habían quedado huérfanos. El gobierno hacía lo propio a través de la JAN (Junta de Asistencia Nacional), que dirigía la esposa del presidente. Fue así que se iniciaron reuniones nocturnas en donde las Hermanas Maristas fueron infatigables colaboradoras.

Ese año presentamos la Tuna estudiantil. También participamos de nuestro primer campamento en compañía de los alumnos John Campbell y Ricardo Woll, prominentes Scouts de Cuarto de media. El campamento se realizó mientras se corrían Los Caminos del Inca. Aquella vez, el auto de Guillermo Arteaga tuvo un desperfecto muy cerca de donde acampábamos. Un grupo -entre los que se encontraba Juan Manuel Arce- se acercó al conocido piloto quien, incluso, se dio tiempo para saludarnos antes de volver a las pistas. Henry Bradley terminaría ganando esa versión. (Del año 92 al 2003, dos ex-alumnos sanisidrinos, independientemente, obtuvieron siete de esos premios. Raúl Orlandini ganó cuatro y, su primo, Eduardo Dibós, tres).

A fines del año, se nos organizó un evento en el patio interior del colegio, con motivo de nuestra "graduación". Ahí, alrededor de la pequeña pileta, se entregó premios a los más destacados en cada materia y, a todos, se nos hizo entrega de un banderín con el nombre de la promoción: "Hermano Jesús García". Fueron nombradas madrinas, las señoras Carla Vigna, madre del Mono Larrauri y, Emma Roy de Arévalo, madre de Coqui, con quien, además, habíamos seguido probando nuestras cualidades para el canto... Se cerraba un nuevo capítulo. Y, con él, dejábamos el exclusivo uniforme del San Isidro, para alinearnos con todos los estudiantes del país, de blanco y rata. Los tiempos cambiaban en el mundo, y el Perú no era la excepción.